DECISIÓN
Me desangro. La espina consecuente
del amor me lastima en carne viva.
Mi corazón es esa voz furtiva
que clama por el bálsamo latente.
Quizá el tiempo. No hay tiempo suficiente
en este sueño mío, no habrá cura
para este amor. Tal vez una sutura,
extirpando primero el clavo ardiente,
la espina del recuerdo, de un sablazo
que destierre el dolor de un solo trazo.
Qué profundo ha de ser el tajo cierto,
para entrar en mis venas el olvido.
Para arrancar de cuajo lo vivido
hay que operar a corazón abierto.
© Mabel Fontau
Bello poema Mabel querida. Felicitaciones. Sebastian
ResponderEliminarEstupendo en su fuerza y con un final preciso: "Para arrancar de cuajo lo vivido/ hay que operar a corazón abierto". Bravo!
ResponderEliminarAlfredo Lemon desde Córdoba