La libertad de la que hablo luce pecho abierto
una dignidad que atropella al leviatán
colores en las banderas
una humeante realidad
el poeta va detrás
sostiene la posta en la palabra
que no recuerda en la corrida
los cañones se burlan desde la bastilla
/desde todas las bastillas del mundo/
no desde el mundo
un niño pasó a la historia retratado por
Delacroix
minutos antes fue mendigo
/un instante después carne pisoteada en sus
harapos/
entretanto busca una voz que la mantenga viva
en la demiúrgica verbal de los que sueñan y
pelean por ella.
© Ricardo Di Mario
Muy bueno querido amigo
ResponderEliminarLeonor Mauvecin