Madre oscura
que vagas con un zapato solo
por todas las habitaciones,
dueña del rouge en la cara,
apaga ya las señales
que te persiguen
y toma como entonces
a este niño
que vuelve cansado.
Apaga las luces que tienen mensajes,
deja de amenazar a las sombras
y recógeme
partido y pequeño
pues ahora te necesito
porque estoy solo en el mundo.
Madre original
que corres por los pasillos blancos
seguida de enfermeros y fantasmas,
tómame ahora
y júzgame piadosa
porque ya no tolero los reproches,
dime que he sido bueno
y sostén mi cabeza con tus manos.
Madre sola refugiada al borde de todo,
yo descorreré las cortinas pesadas
para que puedas verme mejor,
para que me digas que he crecido poco
y qué débil
y qué blanco está tu niño solo.
Madre azul de oración inversa
espera por mí en algún lado,
soy el que regresa hastiado de juegos
y de hamacas.
No digas más que no sabes quién soy,
que no me reconoces
que tu bendición no llega
hasta la frente del carcelero.
Soy el que te pide que gimas
despacio
el que cuida
tu prematura cabeza blanca
el que se entierra en tu falda
esperando la suave caricia,
el perro que apaleas
porque adentro te ordenan que odies,
que inventes cadenas,
que hables a los espejos,
que golpees la inmensa cuchara
contra los platos.
Madre pequeña,
encuéntrame y dime que también tú
tienes la mano tendida,
y que apartas con tu fuerza loca
los cuerpos que de mí te separan.
© Néstor Fenoglio
Muy bueno!!!!
ResponderEliminarMuy bueno!!!👏👏👏
ResponderEliminarCarlos Prado
La extrañeza, la orfandad existencial tensionan y dan sentido a este poema de Néstor.
ResponderEliminarPoderosa oración para atraer a una madre perdida o traernos a nosotros a sus manos. Muy buen poema. Gracias
ResponderEliminarLa perfección del ruego al infinito!! Poemazo deFeroglio a quien admiro. Susana de Iraola
ResponderEliminarPoema conmovedor que habla de la desolación del ser humano librado a una soledad esencial.
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