DESAYUNÁBAMOS huevos de sol y panes de oro.
Volábamos en círculos sobre el tema de la
revolución.
El alma hecha una compleja colmena de
abstracciones.
El cuerpo exhausto.
Reyes de nuestro umbrío país de erotismo y
palabras.
De tus manos recibía la excomunión del
paraíso.
Entre mis párpados hallaste la salida a tu
memoria.
© Eugenia Cabral
Belleza y síntesis. Hermoso poema.
ResponderEliminarGrandiosa siempre, querida Euge! Alfredo Lemon
ResponderEliminarLindo poema!
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