poema para ángela
los durmientes nevados se suceden infinitos
ella angustia el paso un poco
se detiene en llanto
sigue
a cada paso decidido
nace una nube de su boca
cruza las vías
en su brazos
el niño
pesa más que siglos
un viento azul la despeina
y se lleva sus lágrimas frías
árido
descampado
cementino
solo
el desierto destino.
© Edith Galarza
Belleza absoluta! Gracias poeta querida!
ResponderEliminarTremendo poema, gran poema. Felicitaciones, Edith. Gracias, Gus
ResponderEliminarQué imágen tan bella! Me encantó
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