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27/1/24

Poema de David Sorbille

  


Aquellos maestros del corazón


“La poesía no se escribe,

-hija del asombro- se alumbra”

Marcos Silber

 

Una fuerte lluvia va a caer anunció Bob Dylan

el día que Bukowski tiró una chequera por la ventana 

y un émulo del hombre de las patas de chivo

cabalgó junto al rebelde Cummings en un circo.

 

Aquellos maestros del corazón de Delmore Schwartz

y los mágicos blues africanos de Leroi Jones

se unieron a la nómina con Frank O’Hara

en el camino de Stevens y Robert Frost.

 

Los rostros en la multitud fueron como esos versos 

que habitaron en el imaginario de Ezra Pound

mientras el poema se reflejaba en el espejo

de William Carlos Williams y Robert Lowell.

 

La imagen de Grimberg en las arenas del Chancay

fue tan solo una hija del asombro que nació

como el canto de los hombres que celebran

las Hojas de Hierba del maestro Walt Whitman.

 

© David Sorbille

13 comentarios:

  1. Estupenda composición David, que es también celebración y homenaje a los grandes, incluido Silber, quien te proporciona el epígrafe. Muy bueno. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, querido Gustavo, por la publicación de este poema. Gracias, Alfredo!!

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  2. Graciela Ballesteros27 de enero de 2024, 21:42

    ❤️🦋 Buen poema.

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  3. què bello!! David Abrazo!


    Gloria Calvo.

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  4. Me encantó, como siempre, excelente escritura.
    Saludos.
    Anahí Duzevich Bezoz

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  5. Maravilloso poema, David!!
    Abrazo,
    Patricia Alonso.

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  6. Maravilloso poema, David!!
    Abrazo,
    Patricia Alonso.

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  7. Precioso poema, gracias
    Leonor Mauvecin

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