Sobre la arena
Observo aquellas criaturas.
Saltan la espuma del mar,
ríen, juegan, resisten
por encima
de todos los pesares.
La tarde se pliega
entre nubes rosáceas
horizontalmente felina.
El artificio del lenguaje desoye la brisa.
Distrae.
La vida pierde elocuencia
más acá de los ojos.
Cierro el diario y regreso a la orilla.
No hay olas asesinas al acecho,
casas de fuego devoradas por la memoria,
ángeles y demonios
encerrados en jaulas de papel.
Ante mí, niños ataviados de sol
salto tras salto
ascienden al sueño que no acaba.
Una sombrilla hundida en el médano
sostiene la realidad a este lado del mundo.
© César Bisso
Siempre profundidad en tu decir César.
ResponderEliminarGracias profeta: "¿Víctimas o verdugos? reflexiona. ¿La historia dice? ¿La memoria calla? Sabe: la historia no dice, la memoria habla. Todas las ciudades armonizan con la muerte". Alfredo Lemon desde Córdoba
Gracias Alfredo por tu lectura. Abrazo!
EliminarLa levedad del verano...y los pensamientos de uno..gracias!
ResponderEliminarIgualmente.
EliminarHermoso poema estival
ResponderEliminarReflexivo y profundo. Gracias y abrazo, Inés Legarreta.
Agradezco tu gentileza Inés
EliminarTu poema me trajo brisas marinas. Buenísimo el coronamiento.
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarMuy buen poema
ResponderEliminarGladys Cepeda
Gracias, Gladys
EliminarBellísimo . Conmueve. Muy buen poema!
ResponderEliminarCecilia, agradezco tu lectura
EliminarBelleza absoluta! Gracias poeta! Abrazos litorales!
ResponderEliminarAbrazo, Sandra, gracias!
EliminarBello poema: el "más acá" y el "allá" para los ojos y el alma (volvamos a nombrarla), de un poeta hondo, sensible, siempre atento.
ResponderEliminarMi admiración y respeto, César.
Verónica M. Capellino Rando
Delicado equilibrio de la levedad, querida Verónica. Abrazo!
EliminarGrata lectura de tu poema, César.
ResponderEliminarAbrazo!
Muchas gracias, Carlos. Mi abrazo!
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