Cuando regresé, les daba miedo no tenerme
miedo.
Estaba muerta y estaba viva.
Yo era el gato de Schrödinger.
Aparecer
Escribo preparando un crimen.
Otro distinto al de estar aquí
en una realidad que lleva ropa usada.
Estoy, pero no estoy.
Escapo con mis manos de serpentina
de un “nosotros” fácil.
Uno prestado que sin que hagas nada
te da por un rato la calle.
Me encuentran. Siempre creen encontrarte.
Venimos, nos vamos, caminamos.
Nosotros las personas,
nosotros los zapatos.
Debajo de nuestras palabras
hay monstruos marinos.
A veces, sólo a veces, pensamos.
A veces, sólo a veces,
nos reconocemos y nos saludamos.
De rabillo,
como los gorriones con lagrimales secos.
—¿Puedo irme otra vez?
¿Puedo deshacerme?
Mi pregunta, mi permiso, mi crimen.
Escribo:
no aparecí.
© Blanca Lema
Ay cómo me gustó este poema!❤️
ResponderEliminarTremendo. Graciela Barbero
ResponderEliminarMuy hermoso poema. Versos que me han sacudido: ...a veces solo a veces nos reconocemos..gracias ♥️🦋
ResponderEliminarPrecioso, precioso.
ResponderEliminarCaro Bugnone.
Profundidad. Gracias y abrazo, Inés Legarreta
ResponderEliminar"Debajo de nuestras palabras hay monstruos marinos" Preciosa imagen.
ResponderEliminarFuerte, profundo! Hermoso poema.
ResponderEliminarmagnífico .esta interioridad aj descubierto , tan puro en estética y realidad. susana zazzetti.
ResponderEliminarHermoso ese estar y no estar del poema (de la vida), Gracias
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