CUERPO PRESENTE
Eran cardos rusos pero de luz, bajando por un prado donde el alba se había arrepentido. Y yo la sombra vertical de nadie, corpórea en lágrimas pues las luces, que vuelan sin rozarla, no saben de bondad. Eran luces creciendo aun con viento y desdén, donde el alma se había arrepentido. Cardos luz para esta sombra que ya no arde ni arderá. Y era todo un velorio su caer gigantesco.
© Daniel Gayoso
Muy potente. Gracias. ❤️🦋
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ResponderEliminarsentido y conmovedor. Abrazo!!
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