Lagartos
¿Qué de todo esto te contaré cuando
preguntes?
¿Los días larguísimos,
la voluptuosa resurrección de mis plantas,
los animales que pasean por el mundo,
los perros que clavan su ladrido en el
silencio,
los cuerpos desabrazados,
las caras a medio vetar,
los ojos que no quieren entregarse a la
oscuridad,
la luna más faro que nunca,
los días limbo, infierno y purgatorio?
¿Recordarás las palabras que arrojamos
al agua de los miedos?
¿Las ondas que rodearon nuestro llanto
cuando las paredes se nos volvieron tumbas?
¿Recordarás este tiempo lavandina
que decolora los besos?
¿Quedarán en tu memoria
los geriátricos llenos de finales,
este fractal de manos de Pilatos,
la distancia, los aplausos?
¿Te podré contar alguna vez
que, cuando tocabas el áspero encierro
con tu voz, tus ojos y tu infancia solares,
nos volvíamos lagartos con tu padre,
tuyos, sobre las piedras del cansancio,
sólidos en la espera paciente
reverdecidos al sol,
lagartos por vos, día tras día,
hasta que por fin abrimos la puerta?
© Verónica Ruscio
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