qué importa causar la gran catástrofe
cuando por dentro corre un río de piedras
el fragor de un aleteo en medio nuestro
el desierto
cuánta torpeza y qué empeño
en el error de creer que allí nada puede
llamarse
alguna vez
brote
en cambio dicen
sequía
soledad ¿sombra? silencio
esos no ven en sus manos
el viejo espejo de las diosas
pero los que quisimos armar el mejor
castillo
junto a la irrepetible ola
los que nos bañamos con agua de aljibe
¿estancadísima o qué napa
me lleva hasta tu humedad?
los que caminamos por horas y horas
deseando acabar ardiendo
esa poquita agua
atesorada entre las palmas era
el costo de continuar pese a la materia
gastada
de arrastrarse como se arrastra a un muerto
que dejaríamos a la espera de la carroña
pero por la profunda adoración de haberlo
visto vivo
sabemos que no merece un final tan triste
entonces lo llevamos a todas partes
la piedra rodante y su pesada línea en el
mapa
somos muchos los que elegimos avanzar así
nos miramos muy de vez en cuando y en medio
nuestro
el desierto
© Sebastián Sosa Ojeda
Una belleza la poesía de Seba
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