SIN DESPEDIDA
Mi padre partió sin despedirse
en madrugada, con el dolor del otoño,
un diez de julio,
entre el llanto de mi madre
y su cuerpo extendido en el suelo,
yo estrenaba veinte años
cuando acompañe a Laura luego del baile a
su casa en Banfield
con una camisa celeste y el saco azul de
mis primeras hojas.
Mi padre partió sin despedirse,
quedó grabado en mí con llamas de cielo.
y el sepia de los años que no han borrado
su recuerdo,
la sonrisa
amplia,
generosa, los silencios,
reflexiones que guardo en el cofre del tiempo
Lucha por ser libre y solidario
Suma más
vida a la vida, decía
Se ampliará tu universo,
la
alegría será más intensa
Albañil, astronauta, abogado o poeta,
el camino será el mismo.
Hacia adelante y sin atajos
Sigo esas
huellas, le diría,
pero mi padre partió sin despedirse
lo atrapó la muerte.
Súbita,
irreverente, absurda
en una vida plena de amor
y de coraje.
Hoy Tan lejos y tan cerca afirmo:
ha sido hermoso compartir la infancia
la adolescencia primera de un joven
presuroso e inquieto,
aventuras dispersas, ágoras perdidas,
el café en las tardes soberanas y nuestras,
el
tango y el fútbol
Mi padre partió sin despedirse
pasaron casi
sesenta años y la bruma del rocío
aun moja con sed de vida los últimos
rincones
Mi padre partió sin despedirse.
me dejó un sombrero, las corbatas en el
cajón
Su ejemplo
Y la infinita ternura de sus ojos
verdes.
© Norberto Barleand
Plena nostalgia, tu preciso recuerdo y decir, lo despide en el poema. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarExtraordinario poema!!
ResponderEliminarBello; triste y esperanzador a la vez. Gracias
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