La hormiga fue y volvió
por su camino
durante el verano brillante
el otoño dorado
llevando hojas y palitos.
Alimento y cobijo
para el frío.
Reviso la parte clara del corazón.
Tengo una buena provisión de tibieza.
Voy a la ventana.
Exhalo
aliento
y empaño el
vidrio .
Dibujo
un sol sin nubes.
Un sol que no se negocia,
que nadie podrá quitarme.
Un
sol invicto,
más allá
de las derrotas.
© Jorge L. Carranza
Poesia alimento y cobijo. Gracias, poeta. Fabuana León
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