Exhala su susurro el árbol,
un arrullo que nace de sus hojas.
Cuando el viento arrastra sus colores
la luz le entrega esos sonidos olvidados
por los niños en sus juegos.
El tono es el canto que moldean las ramas.
Deslizan sus hojas las gotas del parto.
En sus raíces se mueve la historia.
Descienden sagas y fábulas de la corteza.
Su madera contiene barcos con sueños
de comercio y de conquista. Infinitas
cruces, con una y sólo una, destinada.
Hay camas y ataúdes. Coronas de hojas
y una estaca. El ansia de trepar esa
distancia. Cuelgan ahorcados en los
pliegues
de sus días. Aferrados a sus troncos.
Astillas que clava la memoria.
© Daniel Viola
Muy buen poema y fuerte por momentos!
ResponderEliminarTeresa Vaccaro.
Potente descripción, huellas y rastros... Alfredo Lemon
ResponderEliminarQué fuerza, el árbol!! Bello poema!! Liliana Corredera
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