Una noche me dijo
que amó a otras mujeres.
Y entonces fue una noche triste.
Aunque era improbable
que un hombre de su edad
se hubiera salvado de otros amores,
confié en mi instinto, tal vez,
porque me hacía sentir única.
Él me llamaba temprano. Decía:
cúbrase del viento,
amor mío. Vidita, cielo inesperado,
cuídese por mí, que no estoy allá para
cuidarla.
Decía palabras enormes de una forma tan
lenta
que empequeñecía el mundo y de esa manera
yo me agiganté a su sombra.
Pero una noche, aunque lo amaba con locura,
me dijo: amé a otras mujeres.
No recuerdo la fecha exacta, sí me acuerdo
de la hora:
eran las once y media. Y me acuerdo
de que en ese instante se apagó el cielo
y que se apagó todo
y de tan empequeñecido el mundo
dejó también de importarme,
y esa noche, por primera vez,
lloré por una causa justa,
lloré por él.
© Cecilia Romana
Me encantó! Bello y contundente!
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