Son las cuatro de la nada en esta noche
lúcida y también las doce de la pena mientras mariposas se convierten en
gusanos y suenan las nueve del mediodía en el perfil de un óleo ya sin marcos
ni cercos ni relojes que den las seis y cincuenta y cuatro en punto.
© Nicolás Aused
Muy bueno! Lúcido y lúdico. Alfredo Lemon
ResponderEliminarHermoso, original, dulcemente disruptivo.
ResponderEliminarQué bueno, Nico!
ResponderEliminarAlgo se pierde entre las horas, quizás el sentido. Muy bien esto, Nicolás Aused...
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios
ResponderEliminar