AQUELLA TANITA
A Chicha, mi madre
Aquella tanita que llegó en un barco
Con un brillo tibio en sus ojos negros
Y fue un conventillo su primera casa
Cuando no medía tres palmos del suelo
La madre sumisa casi sometida
El padre un borracho de vino y recuerdos
La escuela incompleta porque no alcanzaba
Para sus estudios ni plata ni tiempo
Se hizo muchacha trepando la vida
Y un día cualquiera conoció a mi viejo
Sesenta pirulos la remaron juntos
En esa batalla perdieron el miedo
Por si fuera poco llegamos nosotros
El hijo poeta de cansados versos
Y en ese verano de sol amarillo
Vino la doctora de grandes proyectos
Entonces la Chicha suspiró tranquila
La pucha
qué orgullo tenían los viejos
Aquella tanita se marchó en octubre
Ya la primavera jugaba en el viento
Y de tanta lucha se le fue apagando Ese
brillo tibio de sus ojos negros
© Raúl Pignolino
Hermoso. Felicitaciones. De parte de Nancy Montemurro
ResponderEliminarSensible recuerdo Raúl...
ResponderEliminarSaludo, Alfredo Lemon desde Córdoba
Bellísimo poema Raúl!! Supongo muy autobiográfico!! hay tantas historias de tantos abuelos extranjeros! Qué hermoso poetizarlas!!
ResponderEliminarQue bello,me trajo el recuerdo de mi abuelos. Abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarMuy lindo!
ResponderEliminarPatricia Alonso.
Querido Raúl, si tuviera que hacer una crítica completa a este poema comenzaría "De cómo la evocación produce imágenes tan genuinas, tan que nos llegan a nuestros recuerdos, a nuestras vivencias". Bravo!!
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