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13/11/23

Poema de Ohuanta Salazar

 


La chivita

 

Mi abuela Silvia besa y tira la oreja.

Ella no sabe besar sin que duela.

No tuvo madre ni padre,

solo primas y un tío y tampoco sabe

cuentos para dormir,

ella cuenta su infancia.

Mi abuela niña y sus primas a veces

iban a la escuela, si no había trabajo en la casa.

Los días eran muy largos, solitas

los de calor, encerradas, los peores.

Una mañana su tío trajo una chivita

pequeña, blanca, mancha negra.

Mi abuela niña y sus primas todos los días

corrían a desatarla.

Jugaban en el patio trepando al gomero,

saltando entre las plantas y en secreto

la nombraban: Manchita.

Una tarde encontraron

el licor de chocolate, con pequeños

bombones deliciosos.

Rieron a carcajadas y convidaron

a Manchita.

Saltaron las macetas de una en una,

de dos en dos, de tres en tres,

la prima más chica tropezó y se lastimó.

Cuando llegó el tío

explicaron entre risas.

Hospital, pierna vendada,

y el castigo.

El tío cocinó a Manchita

y las obligó a terminar el plato,

entre arcadas y lágrimas

mi abuela niña y sus primas comieron.

Tanta felicidad trae desgracia,

nos dice abuela Silvia.

 

© Ohuanta Salazar

7 comentarios:

  1. Conmovedor. Toda una historia de inocencia y ternura que el verdugo concluye con una letalidad que no tiene perdón.

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  2. Hay Ohuanta un cuadro que nos lleva a las lágrimas. Me envuelve tu ternura al narrar la tristeza de las niñas y el dolor que llevará siempre. Nora Quiroga

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  3. Siempre, siempre es un placer leerte querida Ohuanta‼️

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  4. Belleza absoluta querida poeta! Gracias por tu palabra! Abrazos litorales!

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  5. Me has conmovido Ohuanta..
    .hermoso!!. Gracias. Aur Re

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  6. ¡Ohuanta! ¡Qué inmensa tu poesía, te admiro tanto! Gracias Gustavo por este compartir

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