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13/11/23

Poema de Mercedes Venturino

 


 

No me gusta dormir sin sueño

 

No me gusta dormir sin sueño

Ahora que lo pienso,

es quizás desde hace mucho

que mi corazón esponja

guardó sin querer,

esta sabiduría muda

este concepto

Mi abuelo

respetuoso de su siesta,

ofrecía una imagen de muerto cada vez que dormía

Sus dedos pálidos

con sus ríos de sangre marcados

se entrelazaban sobre el pecho,

y así,

en el silencio de la tarde,

con los pies cruzados y la respiración lenta,

transcurrían las horas

A veces no dormía,

no se explica si no, cómo supiera

a qué juegos yo jugaba con mi amiga

Pero allí estaba,

dejando correr los minutos,

creyendo que reponía lo único

que no puede guardarse

Tiempo después de morir mi abuela

después de haber tirado al infierno

su cajón de pastillas y medicinas,

lo escuche reponiendo sus historias

y poemas,

lo ví nuevamente bebiéndose el vino

que las cálidas manos familiares

le acercaban entre embriaguez y risas

"Miráaa, que bárbaro,

¡Cómo revivió el abuelo!"

Decíamos

Algo del refrán eslovaco

habrá traído María

a contarle desde el otro lado del sol

para que Manolo

ante la recomendación de su siesta,

dijera casi sin pensarlo:

Me va a sobrar tiempo para dormir:

ahora me falta vida

 

© Mercedes Venturino

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