Desde el otro extremo de la casa / océano
ella, la voz, me habla
esa autentica revelación que suele
a veces usurpar mí sueño / solo a veces /
la observo mover a las blancas sombras
como piezas de ajedrez, sin ningún temor
sin ninguno.
como si las conociera, o fueran parte de
ella.
Desde el otro ángulo, un eco apenas audible
reitera, reitera, reitera
el infinito mantra
ese, que cada vez es más frecuente y
se acurruca en los rendidos párpados
para resguardarse detrás de una espesa
penumbra
y así, intenta declarar su presencia (una y otra vez)
y en el sutil encantamiento,
desnudar la sagrada fórmula,
invadir el sueño / reivindicar desde su
lado
este desmedido idioma de acertijos /
esa voz la que dice y desdice
el onírico lenguaje / el que aguarda
desde un lugar que aparenta ser
desconocido.
Siempre temí estar en un lugar, así - extraño -
un lugar, que desde su adentro
ella, lo habita
lo sé, es así
como si fuera su jaula / como si fuera la
inverosímil
declaratoria en un inventado o no - paraíso -
ahora posiblemente residido, por
ambos.
© Mauricio Cappiello
Que bello! Mauricio.
ResponderEliminarGloria Calvo
Bonito! Un cuadro total...
ResponderEliminarSaludos!
Laura Moreno
Hermosoooo Mauri!!!
ResponderEliminarTe veo, viendo, en tu poema.
ResponderEliminarMuy bueno.
Stella Maris Soria
muy buen poema, Mauricio.
ResponderEliminarMuy profundo
gracias
Claudia
Gracias, querido Gustavo por la publicación, el enorme acompañamiento de siempre. Gracias, también a quienes comentaron. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarUn gusto leerte, saludos
ResponderEliminarRomina R Silva