Duraznero
Ayer lo sentí,
el primer verano.
Fui carozo de durazno
y en mí, dejé morir la flor.
El frutal merecía aflorar
y con presentimiento de culpa
de la rama más alta
se suicidó el dulzor.
En la mano del hombre
el terciopelo maduro cayó,
con prisa y sin pausa
de un bocado lo devoró.
Fue entonces
cuando algo que no esperaba
entre sus dientes mordió,
y en ese instante
su presumida boca
con saliva impune lo escupió.
Comprendí que a las rosas
se le permiten las espinas
pero a los duraznos,
el carozo no.
© María Belén Corso
Bienvenida María Belén a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneas/os. Abz, Gus.
ResponderEliminarBellísimo, poema .Gracias y bienvenida Maria Belen 🌹
ResponderEliminarBellisimo poema
ResponderEliminartremendo, gracias 🙌🏻
ResponderEliminarBienvenida María Belén. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarMuy buen poema. Las imágenes muy logradas.
ResponderEliminarBienvenida.
Ana Romano.
Bienvenida María Belén!
ResponderEliminarBello y profundo tu poema!
Bella reflexión poética. Bienvenida. Un abrazo
ResponderEliminarBienvenida María Belén, saludos cordiales. Muy logrado poema.
ResponderEliminarCristian Jesús Gentile