La vida
abre los ojos
y sostiene la mirada ante el cielo
que se extiende al sol como un pañuelo
leve.
Es el saludo del tiempo que pasa.
Es el viejo Mércury celeste de mi padre
por la calle polvorienta.
Ese auto ya no existe
pero
yo lo miro pasar desde la ventana
y él, me deja
abandonada al azar.
© Leonor Mauvecin
Ayyy qué fuerte poema queirda poeta. Gracias. ❤️🦋
ResponderEliminarLa nostalgia en un bello poema.Abrazo, Inés Legarreta
ResponderEliminarHermoso poema
ResponderEliminarexquisito
ResponderEliminargracias Leo
claudia tejeda
No pasa y te deja, querida Leo! Está en tu memoria anudándose con otras imágenes palpables de su tiempo.
ResponderEliminarSusana Giraudo
Gracias queridas amigas por sus comentarios
ResponderEliminarLeonor Mauvecin
Precioso. Sin palabras. Besos.
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