Conejos
Mataste conejos frente a mí
dijiste que no podía encariñarme,
no podían ser nuestras mascotas
Los colgabas de un árbol
y el mundo al revés
era lo último que veían
Estirabas el cuero
elogiabas la escultura,
les abrías la panza
Te gustaba adivinar
lo que habían comido
Yo los miraba a los ojos
y me esforzaba por entender
sus últimas palabras,
el extraño conjuro
con que maldecían a mi padre
© Gabriela Rakovstky
Bienvenida Gabriela a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneas/os. Abz, Gus.
ResponderEliminarFUAAAAAA!
ResponderEliminarMuchas gracias por tenerme en cuenta, Gustavo. Gaby
ResponderEliminarContundente poema. Bienvenida Gabriela!
ResponderEliminarBienvenida Gabriela. Poema fuerte.
ResponderEliminarAna Romano.
Gracias por los comentarios!
ResponderEliminarAhĥh tremendo. ❤️🦋
ResponderEliminarEs buenísimo. De verdad. Me gusta mucho. Y tengo uno parecido sobre peces!
ResponderEliminarPotente poema, particularmente ese final. La palabra conjuro me hizo imaginar o hilvanar mucho más. Gracias.Nora
ResponderEliminar¡Qué desgarrador, fuerte la imagen y el verso final!
ResponderEliminarTremendo poema. Bienvenida
ResponderEliminarFabiana León
Chu, qué bello.
ResponderEliminarBienvenida Gabriela con tu impactante poema. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarReal poema de lo que era o puede aún hoy ser costumbre. Qué dificil poetizar la muerte del animal que da alimento! Qué. Difícil!! Y que bien hecho!
ResponderEliminarFortísimo!!!
ResponderEliminarGuaauuuu... qué bueno! felicitaciones Gabriela, bienvenida al blog.
ResponderEliminargracias
norma starke
Bravísimo Gabriela!
ResponderEliminarMuy bueno pero terrible.... Me retrotrae a mi infancia cuando comer dependía de estás atrocidades que, sin mala intención, nos exponían nuestros padres no teniendo en cuenta que estas imágenes nos quedarían grabadas para siempre.
ResponderEliminarRecuerdo de experiencia dolorosa! Excelente remate!
ResponderEliminarExcelente, Gabriela! Felicitaciones!!!
ResponderEliminarMuy fuerte, muy bello!!
ResponderEliminarBesosss
Potente, contundente, cuánto dicen los condenados en el silencio ante el verdugo.
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