Llega
A
Lucía
Los ojos vestidos de mundo
y un traje que revela los días
transcurridos.
La ocasión de la despedida
y la madrugada del reencuentro
bordando su nombre.
Su silueta aún agita pañuelos.
Es ella.
La de siempre.
También otra,
surcada por un brillo de cristales.
En sus redes de seda
el ave y los planetas.
La pollera baila sus monedas de juventud en
vuelo.
Estrena zapatos de llegada
y una sonrisa cómplice de infancia.
Está a la moda.
A la mía,
que la extrañaba tanto.
© Gabriela Delgado
Hermoso poema, Gabriel. Marcela Meroni
ResponderEliminarBelleza, como todos tus versos¡¡¡
ResponderEliminarBellísimo Gabi!
ResponderEliminarun placer leerte
claudia