No voy a preguntar por lágrimas no lloradas
en el reflejo del agua soy tu rostro
nos acecha la misma tarde
la misma siesta
el incesto
perfumando las mismas flores rotas
Una rosa deviene espina
la espina deviene puñal
y el puñal penetra nuestras venas.
© Ernestina Elorriaga
Hermosa Tina .. siempre tan tremenda tu voz y sutil para decir tanto. ❤️🦋
ResponderEliminarTremendo poema! Los versos aúllan, las imágenes lo dicen todo. Fuerte!
ResponderEliminarQué queda, mas que sentir honda pena.
ResponderEliminarUn abrazo!
Laura Moreno
Hermoso, Tina!
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