Reconstrucción
Puede ocurrir
que un día te disgregues.
Que suceda un cataclismo
inesperado,
un vendaval aullante,
un terremoto,
un tsunami impiadoso,
una tormenta solar inusitada
o una explosión nuclear
sin precedentes.
Puede ocurrir también
que esa catástrofe te mate,
te desarme,
te parta y te reparta .
Prometo no llorar, lo juro,
con pasión de orfebre
o de alfarero,
juntaré tus pedazos
con
mi boca,
cosecharé hasta la última partícula
de tus huesos y de tu carne,
recogeré
tus cabellos,
tus lunares, tus uñas, tus pestañas…
Entonces, reconstruiré
tu sólido esqueleto,
tonificaré tus músculos dispersos,
dibujaré los deltas de tu sangre,
trazaré las curvas de tus pechos,
amasaré tus muslos,
diseñaré tus latitudes inquietantes,
refundaré tu territorio
y emprenderé nuevamente
su conquista.
© Daniel Tomás Quintana
Qué hermosura de poema Daniel Tomás Quintana. Tu voz es inmensa. Felicitaciones. Siempre leerte agranda el alma.
ResponderEliminarDetallista en su espléndido despliegue. Gracias Daniel. Alfredo Lemon
ResponderEliminarMe encantó me encantó.
ResponderEliminarGracias, Graciela y Alfredo, por leer siempre.
ResponderEliminarBellísimo poema... Excelente... Caótico y reparador...
ResponderEliminarMuy bueno Daniel!! Querido y apasionado poeta!!!
ResponderEliminarSusana Giraudo
Una belleza tu poema! Silvia Durruty
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