DAR FE
Doy fe de la unción por los escondites. Ah
ésta, mi gruta para un cuerpo fantasma. Cerca los ojos de la piedra y, más, el
aliento. Piedra azul y angelada, ya brumosas. A salvo, a salvo. Casi un ángel
velando su décima luna. Vacía, donde mal venido y madre precian el coraje.
Ahora, y en las grutas que la añoren, y en su vientre final, que peor el lago
bajo un piélago.
Doy
fe de la paz, sin saber que sabía. A salvo, a salvo. Y en estrecha abertura,
visos de celaje, vaivén de pétalos. Las noticias del mundo. Pero, ¿había un
Afuera? O la magia: Parpadeo y me olvido. Al hombro la morada invisible.
Fortuna y cruz. Mira en los ojos la sonrisa del agobio si derramo el vino.
Allí, conmigo y Dios, Ella y su niño me era dado soñar la vida. Ramo de
murmullos, ofrenda que alumbraba.
Y
doy fe del exilio. De que el viejo Sello fue abierto cuando otro, mendaz, se
cerraba para mí. Y no -clamé-, yo no vivo sin extraviarme. Pero labios
mordientes alzaron sombras de palabras. Y entonces estalló mi escudo, el
invicto en leyendas. ¿Gloria, bautismo de fuego, verdades? Nada por doquier.
Aire ajeno y desalmado. Y dónde mi roca imaginaria; dónde el escondite, vientre
o tumba. Y qué haré de mi día esta noche. Y cuál me dirá la endecha para bien
dormir.
Estoy de pie, solo, entre las ruinas;
siquiera recuerdo el nombre antes impuesto. Dios es mi juez… Pero será otro
dios, recién nacido.
© Daniel Gayoso
Cósmico y extraordinario. Bravo Daniel. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarQué lindo poema en prosa. Y qué final bello..también espero un dios nuevo. ❤️🦋
ResponderEliminarGracias, Alfredo.! Extraer y Atraerse...en mirada hacia....aun en los escombros. Cariños
ResponderEliminartu poesía Daniel, me es conmovedora
ResponderEliminarGloria Calvo