PIEDRA VIVA
Era su risa el canto rencoroso del hacha.
En sus dientes desnudos blasfemaba un
guerrero.
Balanceaba un impulso como un fosco velero.
Encendía en su aliento corvos filos de
racha…
Se agazapó en su ceño como en una covacha.
Y aunque le fue la espalda bajo el puño de
enero.
Se adelantó en su frente una proa de acero.
Le temían las rosas. Pero amó a una
muchacha.
Y en las tardes pausadas de aire roto y
cansino
junto al silbo del agua se aguzó como un
tallo
su tormenta de músculos sobre la arena
anfibia.
Y al sentir en los nervios la puntada de un
trino
era su corazón un celeste caballo
y era su carne el hueco de una paloma
tibia.
© Osvaldo Guevara
Inmenso poeta. Qué decir. Maestro, Chapeau🎩❤️🦋
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