El pie de Aquiles cruza el tiempo veloz
cual brasa dolorida
los pies sobre la arena del pirata la
huella del pescador sobre la playa
los pies del que ha corrido todo el tiempo
buscando el pan entre los pedregales
los pies desnudos de pisar las uvas para
que el zumo se vuelva risotada
los pies para subir al cielo con la muerte
montada en un caballo
los pies clavados en una cruz de palo
inmóviles de luz
los del atleta que corre entre la gloria de
ser un vencedor o el derrotado o el que corre tan solo simplemente por vencer
la distancia de su sangre
los pies del perseguido por caínes por
perros de cazar hasta el aliento y corre por el borde la noche por sendas de
algodón y farallones
que corre y corre y corre más allá de la
tierra y sus confines
los pies pequeños del niño cuando danza y
hechiza los murciélagos del frío
los pies del cazador que casi vuelan por no
pisar la rama
y el crujido se vuelva una campana
los pies del fuego que alimentan su sueño
en la ceniza
© Hugo Francisco Rivella
Magnífico y esplendente. Tus pies corren y alcanzan la esencia maravillosa de la poesía. Te abrazo grande. Alfredo Lemon
ResponderEliminarOh poeta que bello nombrar así las huellas...y ese final que es enorme:"los pies del fuego que alimentan sus sueños en las cenizas". Gracias ❤️🦋Graciela Ballesteros
ResponderEliminarBrasa dolorida... bello poema y gran remate Hugo
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