Guer Aike
Esta ruta unge los cerros.
Giro el volante
hacia donde insistimos
la primera vez.
Nos guía el silencio
de la Virgen
de los que no pueden amarse.
Extenderá su manto
como una tienda de campaña
en la cumbre.
Las manos a los costados de tu cuerpo
donde el agua y el aceite
se mezclaron una vez
donde una lanza
traspasó la orilla.
Creo en todo
salvo
en la distancia hasta el mar.
© Carolina Brieux
Olivera
Mil gracias, Gus querido, una vez más. Siempre.
ResponderEliminarMuy bonito!
ResponderEliminarMil gracias Stella por tu valoración 💜
EliminarMaravilloso! Alfredo Lemon
ResponderEliminarMil gracias Alfredo por tu siempre delicada lectura
EliminarBellisimo !!
ResponderEliminarMirta, cuánto celebro sea de tu agrado!
EliminarMe encantó
EliminarHermoso, Carolina. Marcela Meroni
ResponderEliminarMil gracias Marcela por tu amorosa lectura 🌺💕
ResponderEliminarMe encanta el brillo de tu palabra, Carito. Gracias siempre.
ResponderEliminarQué honor, Jorge querido. Gracias a vos, infinitas.
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