La pelota
de caucho
En el
campito chuteaban con vejiga de toro,
era dura,
se cuarteaba cada tanto
y había que
volver a la de trapo, de medias no
porque aún
con agujeros eran sagradas.
El
changuito del otro lado de la vía, dueño
de una de
cuero redonda, redondita
con la que
se podía hacer de comba,
siempre
elegía el equipo y el arco.
Mi papá
niño no supo que los reyes magos
pasaban por
Villa Amalia de este lado de la vía
hasta los
once años.
Una señora
llamada Evita los mandó por ahí
y desde un
camión repartían pelotas de caucho
marrones,
rayitas amarillas
rebotaban,
rebotaban infinitas y cada quien
le hizo una
marca a la suya, mi papa niño escribió
“Miquicho”
para jugar alguna vez con la propia.
Los trapos
se quedaron para armar el arco.
© Ohuanta Salazar
Gran Poeta Ohuanta Salazar!
ResponderEliminarGracias Gustavo Tisocco
Gracias Miriam
EliminarMe emociona Ohuanta. Sin saberlo recreas mi infancia en un.poema bellísimo.
ResponderEliminarBravo Ohuanta. Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuchas gracias, Alfredo.
EliminarExcelente poema Ohuanta!! Esa evocación de "mi papá niño! lo transforma en un texto evocador e intimista. Bravo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Vilma
EliminarUn placer tu poesía Ohuanta!
ResponderEliminarGracias!
norma starke
Muchas gracias, Norma
EliminarPrecioso poema!! Gracias poeta querida! Abrazos!
ResponderEliminarEntrañable poema de la poetaza Ohuanta!!!!
ResponderEliminarQué bello, palabras que llevan hasta lo más profundo del recuerdo. Graciela Barbero
ResponderEliminarHermoso poema, Ohuanta. Conmovedor.
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