Allá,
entre los
pajonales,
un hombre
vestido de grafa
(y con
lentes oscuros,
como el
fondo del río)
apunta con un rifle.
Dos liebres
pastan a siniestra
y el hombre
mira el vuelo de los cuervos.
Es invierno
en el campo
y, tras el
oloroso estrépito de la pólvora,
como quien
condena
cierta luz
en la oscuridad,
mi padre
(un hombre
sensato pero triste)
ha rasgado
el telón de las estrellas.
© José Luis Frasinetti
Interesante el poema, el final es increible
ResponderEliminarSaludos Soy Gladys Cepeda
Una bellezura !!!
ResponderEliminarMuy bueno! Graciela Barbero
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