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26/9/23

Poema de Daniel Ocaranza

  


                                      A Marcelo Martino


El techo

se ha derrumbado.

Un estruendo seco

ha devastado la noche.

Revisamos los daños

como quienes contemplan

la debacle de la historia.

Las canaletas

no resisten el aguacero y

las gotas

caen al interior,

explosión diminuta

sorda

grito ahogado hacia adentro.

Líneas verdes

bajan por las paredes

cuatro metros hasta el zócalo,

ríos delgados

invisibles

se expanden

telaraña líquida imperceptible

que erosiona en una forja

su camino.

Con las últimas luces que perduran

cargamos nuestros trastos

y cruzamos el umbral a la calle.

Entre ayer y mañana

habrán pasado

veinte años.

El recuerdo de este lugar

que llamáramos casa

es piel quemada

cocida

bajo el santo y seña

de un hierro caliente.

Ahora que somos adversos

hemos acertado

y volvemos a partir.

 

© Daniel Ocaranza

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