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10/7/23

Poema de Jairo Rojas Rojas

 


(…)

a veces me quedaba días enteros escuchando los círculos

que abrían el cielo

no era casual que me golpearan en la frente con un escupitajo

que volvieran a tirar piedras a mi sien

o a mi centro feroz que no escuchaba del todo

mi madre hablaba con Dios para que hiciera algo

persignándose para que el supremo volteara

ante una montaña de huesos

pero Él me miraba como los atardeceres y sonreía

como sonríe el mar cuando lo besas

no pude verle los ojos con tanta luz

no pude hablar

ante el terror solo canté por desesperación

no sabía que eso era la magia

sufría   madre       ella

porque no lograba oír la constelación

debajo de mi nombre    

la música que ella soñó cuando creyó que moría

porque yo caminaba lento en la noche

sojuzgado por lenguas parecidas al fuego desatado

rodeado de monstruos sabios

que amedrentaban contra el habito

sufría                    la rezadora

cuando yo [encerrado] torcía el curso de mi herencia

tan pequeño

bestia comida por la luz de la cúspide

en ese entonces sentí odio y aprendí a escribir sobre el agua

yo escribía y no sabía

escribí mal y caían semillas de mi boca

jamás pude explicarlo

odiaba el hambre y se lo dije a cada gota de lluvia

escribí la primera letra de mi nombre e inicié una guerra

la hoja se llenó de sangre

que luego bebió la gente sola

hice una raya en el río y mi hermano miró su nombre en el cielo

escribí mal mi segunda letra y el cuerpo se diluía

el corazón crecía con cada vocal pronunciada

escribí erre o jota a ese

y me entraron a golpes con huesos recién sacados del camposanto

escribí mal porque escribí con barro, con oscuridad de campo,

con lágrimas del que se muere

me dejé intervenir por las historias que me contaban los árboles

las historias hechas de ritmo

que siempre amé porque no imitaban mi lengua

así empecé a besar a toda la humanidad en la boca

y a escuchar los muertos que llegaban

cantando desde las carreteras del cielo

que están en el otro cielo con otro cielo con otro…

sacudiéndose la tierra de los pies

mi infancia fue un mensaje para este día

los árboles me lo recuerdan cuando llegan a bailar

el viento también

(otra vez)

uno vuelve del indecible oscuro por los abrazos

(otra vez)

aunque siempre te hable de lo mismo

(otra vez)

te lo cuento porque yo no lo recuerdo

no sé hablar

te lo canto por necesidad

otra vez

me fui muy lejos sin despedirme

empecé a caminar por los bosques más viejos de este país

en el oriente

llamado por diamantes, polvo de oro solar

que luego dejé en chozas cayéndose

un vacío que me llamaba

luego huiría porque sabía que nada de eso me faltaría

al toque del alba

en un largo camino de tierra me recibieron

con un reguero de niños muertos de hambre

de sus vientres abultados salían pequeños cactus

donde dejé parte de mi sangre

los pequeños cadáveres se fueron confundiendo con la tierra

era el reino del oro que pocos podían beber sin odio

el sol iracundo hacía nido en el cielo de zinc herrumbrado

con hambre ahí nadie podía leer me dijeron los ancianos moribundos

entonces me adentré solo buscando mi lengua

detrás de mí venían serpientes embobadas

por mi sudor esparcido en el lodazal

jamás pensé que ese camino me llevaría a ti

ya te conté que una boata serpiente durmió en mi pecho

pero la dejé en su nido

le canté algo mientras se enroscaba a mi cuello

mientras me desmayaba en el boquete del árbol más grande

caminé muy lejos buscándome

me volví lector por ello

volví a escribir sobre el agua

 

© Jairo Rojas Rojas

9 comentarios:

  1. Bienvenido Jairo a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos/as. Abz, Gus.

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  2. Gracias querido Gustavo. Un hogar esta página.

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  3. Maravilloso poema, conmovedor. Gracias, Irene.

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  4. Bienvenido con tu potente y fluyente poema Jairo. Alfredo Lemon desde Córdoba

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  5. Guauuu... (susurradito)
    Pa leerlo muchas veces...

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  6. Excelente. Abrazo, Inés Legareta.

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  7. Bienvenido Jairo muy bueno tu poema.
    Un placer leerlo.
    Ana Romano.

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  8. Bienvenido Jairo! Tiene imágenes hermosas tu poema. Cargado de fuerza, transmite musicalidad.

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