En el aire
una pluma negra
abre el sinuoso parpadeo de la brisa
y huye lejos
de la orfandad que la lastima.
El hombre calza el fusil
atrapa la presa.
Con su llave dorada
abre la puerta
de la descarnada culpa
que lo atraviesa.
© Griselda Rulfo
Fuerte, bello y fuerte.
ResponderEliminarMati López
Gracias Mati. Griselda Rulfo
ResponderEliminarpotente Gri!
ResponderEliminarabrazo
claudia
Muy buenoo
ResponderEliminarGracias Claudia, Dardo. Gris
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