Sala amarilla
I
Ella se lamenta y señala la pierna
izquierda.
Decir violáceo, purpureo, malva, cárdeno es
quedarse sucinto.
Ella se retuerce como babosa cuando recibe
sal,
alza la cabeza, abre enorme los ojos y las
manos parecieran como, si anhelaran atrapar las nubes.
Me avecino
y a corta distancia huele a putrefacto a
carne descompuesta,
la pierna izquierda está abultada como un
tronco de Baobab
en ella no anidan bayas en forma de
melones, ni siquiera pájaros.
Ella pide a gritos un corte sencillo
una tala no transversal, ni a veinte grados
simplemente una separación de aquel miembro
de su cuerpo que ahora la tortura.
Ella es árbol plantado junto a orillas de
un ojo de agua
ella se renovará en kilos de fuerza y garra.
Espinal Meza, Diana Annabell
Re lindo!
ResponderEliminarGracias Diana Annabell!
Uy! Vale!
ResponderEliminarVa un abrazo fuerte
EliminarTAN ÍNTEGROS SIEMPRE TUS FINALES! SUSANA ZAZZETTI
ResponderEliminarMuchas gracias Susana, va un abrazo fuerte. (Diana Annabell Espinal Meza)
EliminarDura, cruda belleza!
ResponderEliminarBesosss
Mónica Angelino
Precioso poema! Abrazos!
ResponderEliminarIntenso y bello!
ResponderEliminarGracias!Diana!
Mirian Rosana Farias
Muchas gracias a todos por sus opiniones. Va un abrazo fuerte desde Ciudad Juárez Chihuahua México. 🌹
ResponderEliminarTremendo,!!
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