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9/6/23

Vilma Sastre comparte a Kozer/Pérez Vega/Deltoro

  


PERO YO VUELVO A LA CARGA INVISIBLE DE LOS VERSOS

 

Pero yo vuelvo a la carga invisible de los versos,

firmo con dolo, sangre, vejación, impertinente

afirmo, yo doblo el calcañal,

y como un buey endurecido por la obligación entiendo yo que un trío de mujeres quiso dilapidar mis versos,

hubo abominación, hubo disposiciones, asesinaron en mi propia casa,

pero yo como el buey ungido sigo regurgitando, urdo

en otras regiones, me alzo sobre las tribus de Leví,

y descargo estos rebaños de versos menores,

contra la grave hegemonía de reyes, de mujeres, de naciones.

Si, yo recargo la palabra, suscito la devoción y la apostasía,

y no me hinco, solo me contamino

por duplicar y repetir la turbia interjección

de este poema impenitente.

Soy el poeta, en extremo rigor de muerte,

Y soy un pueblo de rumbas dolorosas,

Yo soy José, soy benjamín de los acontecimientos,

Judit con la macabra cabeza de un gigante entre sus femeninos dedos

   rectos.

 

José Kozer 

 


SI QUEREMOS LLEGAR

 

Es mediodía,

a esta hora se acabaron los pájaros

y el planeta es una olla vacía

disparando ojos en medio del afán

que solo se llena con la lluvia

y nada más nos queda algún rezo

en los labios de la miseria

mientras falta un trecho

para el café de las tres de la tarde

y hay mucho que andar por cada sudor

como cuando necesitamos el milagro

y no tenemos nadie que abra las aguas

de ese mar salado de agonías

porque el universo está hecho de esferas

y un gran espacio vacío

salpicado de agujeros antimateria

entonces hay que encender la luz de la conciencia,

subir sobre nosotros mismos

y decidir nuestro punto cardinal,

trazar coordenadas en esta curva del tiempo,

poner los puntos sobre la línea que sea,

atisbar la gráfica que nos debemos

pero que llegue al lugar que le dicen futuro

y caminar a paso firme

aunque haya que derrotar gigantes o molinos

sobre este Rocinante cargado de asombros

diciendo algún verso que rime con la victoria

y recitarlo al final del camino.

 

William Pérez Vega 

 


Exilio

 

                A Salvador Albiñana

 

Porque las tardes dicen,

de una manera triste,

algo ambiguo,

no se puede sentir

uno nativo de estas horas,

se necesita tierra firme

para nacer

y no se pude vivir

en la tierra de nadie

del crepúsculo.

 

En el declive

las cosas

se van gastando,

 

después,

se deslizan

hasta amanecer,

una vez más,

sangrantes.

 

Las horas para nacer

están en la mañana,

yo que nací en la infancia,

las miro desde el crepúsculo. 

 

Aún de niño

me sentía exiliado

en estas horas,

frágiles, hermosas, adoloridas;

 

también el amanecer

me inquietaba,

pero era ante mis ojos,

al ir aproximándose,

poco a poco,

el Bósforo de mi tierra nativa. 

 

Antonio Deltoro

7 comentarios:

  1. Gracias Vilma y a tus poetas invitados. Abz, Gus.

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  2. Gracias por traer a estos tres poetas. Muy contundente el poema de William.
    Abrazos
    Elisabet

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  3. Muy interesantes poetas. Gracias por Compartir. Nora Quiroga

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  4. Muy buenos los poetas.
    Muchas gracias Vilma.
    Ana Romano.

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  5. Estupenda entrega Vilma. Poemazo de Kozer. Cósmico y ardiente el de William. Sentido y lúcido el de Deltoro. "El planeta es una olla vacía disparando ojos en medio del afán"...Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

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  6. Vuelvo a releer tus poetas invitados Vilma y me encuentro con que recientemente en mayo falleció el mexicano Antonio Deltoro.
    Como recuerdo, dejo aquí un fragmento suyo que me gustó: "De noche el silencio es felino... Después, a pleno día,
    la música de las esferas: el ronroneo del gato como un metrónomo de mosquitos y abejas."

    Muchas gracias. Alfredo Lemon

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  7. Gracias a todos por sus excelentes comenarios. Hay tantos buenos poetas, pero elegí estos tres con los cuales me identifico en su lenguaje. Gracias Alfredo Lemon por tu excelente crítica.

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