CONVALECENCIA
Querida mía:
hoy vinieron a visitarme
los pescadores evangélicos,
los que me hallaron ahogado
en la rompiente de los sueños.
Vino un caballo muy viejo
que aún nos recordaba
abrazados entre los girasoles.
Ya estoy mucho mejor:
la cama aquí en el abra del pajal
es lo que más me alivia.
Dos mujeres cretenses vinieron hoy
temprano;
en los pechos desnudos trajeron vino rojo
y un toro lejano en las pupilas.
Tal vez porque no hay sombra
nadie se queda mucho.
La etérea familia de saltimbanquis
pasó como a las tres,
dejaron más azul que nunca el cielo.
Si vieras, querida, las golondrinas,
las iguanas a la siesta en la baranda de mi
cama.
Ayer vino desnudo tu recuerdo
y me pidió con señas que le trenzara el
pelo.
Voy a sanar,
lo sé porque al crepúsculo
se echan junto a mí los animales.
Son tan lindos los días, tan enormes.
De vez en cuando puedo cerrar los cielos
y unas sogas de luz de música serena
consiguen remontarme hasta quién sabe
dónde,
sin sábanas, mi vida, sin memoria.
Pedro Mairal
"Supimos hacer de la orilla una casa
a la altura de las circunstancias
pensamos: nada puede llevarnos de vuelta
estamos a salvo
y nos dimos a la tarea de construir una
familia.
Nuestros hijos crecerían entre juncos
les lavaríamos el barro de las piernas
cuando atravesaran descalzos la laguna.
El frío, como un pájaro de mal agüero
habría quedado atrás, olvidado
en una bolsa de plástico negra
a los tumbos por la montaña.
Cuento los días que faltan para la
primavera.
Pero algo me dice que no vendrán tiempos
mejores.
Acuno, doy el pecho –mi parte más preciada
enseño a balbucear primeras palabras;
endurecida la mandíbula
los ojos fijos en una imagen que se yergue
detrás de mí, o sobre mí
o sobre todos
mi hijo se despereza."
Carolina Esses
La ficción de los días
"Padeces la ebriedad del viento, su
secreto espejismo.
Lo que quieres besar ya se ha fugado.
Descarta la ficción de los días.
Las tardes y las lluvias tienen un mismo
oficio:
Caen sobre los seres en verano
y disuelven las fiestas y las danzas.
No puedes abrazarlas y crees que se han ido
con todos los perfumes.
Tal vez el tiempo sea ese viaje de un color
hacia su muerte,
que sólo tú percibes y el universo ignora.
La niñez una forma de sentir los aromas.
La vejez, una hoguera de días y de ramas.
Aprende de aquellos relojes de arena,
que se sienten eternos cuando cae lo
efímero:
Con sólo un movimiento la arena ha de
volver
y, al igual que la fruta, verás desde
arriba lo vivido.
Nada separa al muro de su escombro,
sino esa red azul que tú mismo has creado.
Nada separa al barco de su bello naufragio:
Es ilusorio el viaje
y en la palabra pétalo ya estaba lo
marchito.
El recuerdo es un sueño de lo deshabitado.
Descarta la ficción de los días.
Como el antiguo pueblo imaginaste un éxodo
y perdiste un rostro para poder
amarlo."
Eduardo Alvarez Tuñón
Gracias Silvia y a tus poetas invitades. Abz, Gus.
ResponderEliminarGracias a vos Gustavo. Hermosa tarea difundir poetas tan inmensos!! Un enorme placer haber participado de esta convocatoria! Silvia Durruty
ResponderEliminarExcelente elección hiciste Silvia. Mairal es un narrador puntilloso y dúctil. Contundente el poema de Esses. Y el dr. Alvarez Tuñon sentencia lúcidamente: "La niñez una forma de sentir los aromas. / La vejez, una hoguera de días y de ramas". Su poemario me gustó mucho. Saludo desde Córdoba Alfredo Lemon
ResponderEliminarGracias Alfredo. A mí estos poetas y estos poemas en particular me gustaron mucho. Saludos! Silvia
ResponderEliminarGracias Alfredo!
ResponderEliminar