Calle de los mil pasos, pero de una
sola esperanza. En cada esquina se
teme por ese transeúnte atrapado en
una celda numeraria, que a pares
retrocede y avanza —zapatos, medias,
guantes, gabanes, reliquias de sobremesas.
Y la palabra, moneda de apenas tres caras,
que hacía suyo el objeto para que no se
escapara. Presencia austera del vino
en copa derramada, que es también
ausencia de espino en toda rama de
olivo que se agita de tarde en su hora
de adviento.
Marcelo Rizzi
Las curvas producen sombras curvas,
nuevos planos donde ella soporta la caída
así como las manos la flor, los pies el
alto
zapato, el cuello las dos vueltas
sobre el puente del pecho.
Las curvas duplican lo que ella conoce de
sí
y lo que no conoce: antes de él, después
de él.
Ese ángulo de cristal organiza las miradas
que van y las que vienen: da peso a la idea
de un cuerpo que nace entre las dos.
Al entrar él, allí beben, sin preguntar
se apoderan, de lo que tocan hacen
deleite, violenta armonía.
Con algo de terciopelo, algo de nácar, algo
carnal, cada triángulo habla, para
él, de una transparencia letal, una
irresistible amenaza que ella suele
llamar felicidad.
Liliana Lukin
Sentado como un buda entre las camas de mis
hijos
Estoy sentado en la oscuridad
como un Buda entre las camas de mis hijos.
Estirando cualquiera de mis brazos
podría tocar los bordes de esas camas que,
en la noche, parecen arcas diminutas
con sus animales en equilibrio en las
cabeceras,
una abigarrada Creación fabricada en China.
Uno eligió elefantes e hipopótamos,
los animales más grandes y pesados;
el segundo se quedó con lobos
y otros depredadores; así se repartieron
el mundo de la bestias antes de irse a
dormir
como dioses inconscientes.
Los escucho respirar, moverse, murmurar
palabras en un idioma pegajoso
que asciende desde la profundidad,
el oscuro temor a las catástrofes:
fuego, pestes, hambruna, diluvios,
la propagación del caos en la carne.
Y aquí estoy, sentado en las tinieblas,
entre las dos camas, listo a ahogarme,
si fuera preciso, mientras ellos navegan en
sueños
hacia tierras de promisión.
Diego Muzzio
Gracias Raquel y a tus poetas invitades. Abz, Gus.
ResponderEliminarLiliana Lukin, bello poema!! Liliana Corredera
ResponderEliminarMuy hermoso poemas. Gracias. ❤️🦋 Graciela Ballesteros
ResponderEliminarMuy hermosos poemas
ResponderEliminarGracias. ❤️🦋Graciela Ballesteros
Qué buenos poetas acercaste Raquel. Muchas gracias. Impecables. Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuy buenos poetas! Invitan a la tele tira.
ResponderEliminarBellos, inquietantes los tres!
ResponderEliminarMuy buenos poemas!
ResponderEliminarQué belleza Diego Muzzio ese poema! Esas imágenes y el sentido que discurre, hilvanando el sueño de lxs hijxs. Liliana Lukin, muy profundo, refinado, y el poema de Marcelo Rizzi, muy rico en recursos. Mil gracias Raquel y Gus, bellezas.
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