beso
una ola estrellando una roca
un huracán de cristales rotos
el frío que arde y corta la piel
la
droga cuando empieza a subir
es todos
los
besos de esta
galaxia
encadenados en el aire
infinitos
Ayelén Biondi
(o una hija o un hije) podés creer?
Perdón que te escriba
usando el vos, yo sé que estábamos
en el código de la tercera, pero te acordás
que fuimos a su casamiento
en una terraza, y bailaste con mi viejo
dando vueltas en círculos
como si fueran dos antepasados, incómodos,
en cuerpos extraños, levantándose el
sombrero?
Había cerveza artesanal y daba el sol
justo antes que la pandemia fuera
una cosa real. Ahora discutimos nombres en
un zoom
(¿qué tipo de amor es el que da lugar a
nuevas vidas
quiero decir, los hijos, ese centro cerrado
y lleno de tajos
que se llama núcleo familiar?): tomás,
tobi, potito, alelí
Mi prima en su cuadrado con su novio, mi
hermana
en su cuadrado con su novio, mi
madre con mi padre. Yo estoy sola. Tomo
vino
sé que estarías sentada al lado mio,
tocándome la pierna
y yo pensaría: ¿por qué me toca tanto
enfrente de la gente?, como si hubieras
querido
demostrar algo de lo que yo formaba parte,
ese algo siempre estaba
corriendo entre nosotras como un río
tu algo, mi algo corriendo entre
nosotras como el río, caudaloso, secreto en
su misión
Ahora mi prima llora, yo también podría
llorar
la pregunta es si los joaquines se portan
bien o portan mal
si las áfricas se portan bien o portan mal,
si se puede llamar a un hijo
de la misma manera que a un padre. De
repente me acordé
de ese día en que empezamos a separarnos,
creo
que pudo ser entonces: me dijiste que
querías tener hijos
yo te dije que también en unos años
entonces respondiste: voy a escribirle a mi
amigo
a ver si le dan ganas, y me quedé mirando
hasta que dije: a título
de pareja querría que me incluyas. El tema
es
que no pudimos escucharnos, hacernos un
lugar.
En cambio, enojada, como si cerraras
la frontera que te vuelve una persona me
dijiste que maternar
era una decisión personal y que yo me ponía
a mí
en el centro de todo, incluso en tu deseo
de ser madre.
Entonces entendí que no íbamos a armar una
familia
y no porque tuviéramos
ideas muy distintas, sino porque
representábamos peligros, vos eras
un peligro para mí y supongo que yo
fui un peligro para vos, vi, como por un
instante, que las dos
teníamos demasiado miedo, un miedo atávico,
animal, que iba por abajo de nosotras
como va la noche por abajo de los días.
Micaela Szyniak
A veces vivir
es tan simple
y sin embargo
aún existen las catástrofes
todas las cosas puede destruirse de repente
y es falso eso de que vuelven
a recomenzar
como yo acá
en el piso
buscando la posición
en la que duela menos
todavía guardando
la onda expansiva
en el pecho
aprendí de Turner
que es feroz la fragilidad
que algunos barcos se construyen
sólo para verlos quebrarse
sobre la superficie
pero si uno no es
para ser firme
para ser solo
frente a la tormenta
entonces
¿para qué?
Melina Varnavoglou
Gracias Pato y a tus poetas invitadas. Abz, Gus.
ResponderEliminarBellos poemas .. ahh la poesía de los jóvenes.. gracias Patricio. ❤️🦋 Graciela Ballesteros
ResponderEliminarBellos poemas, me gustaron mucho.
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet
Lindísimos los tres poemas!
ResponderEliminarGraciassss Patricio!
Muy buena selección Patricio. Me encanta la poesía de Varnavoglou. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
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