La casa está en silencio
hoy fui una buena madre
Buena Madre
tendí las sábanas, escribí en cuadraditos
unté la crema adecuadamente
y en la plaza dije palabras en su buen
orden
el plato de comida tuvo tres colores
el baño es blanco como respirar hondo
envenenamos las pulgas yo con química y vos
con tu juego de hacer cualquier cosa
posible
va y viene el trapo
que es húmedo y huele a pinos
y yo veo nuestras pisadas de barro
yéndose
no digo nada mientras sigo mirando
el piso
y vos que me llamás por impulso como te
picaría una rodilla
y tu mano sola va y rasca
decís Mamáaaa y yo siento cómo ese latido
es diferente y me empuja
y todas mis tablas se desconectan cuando
suelto
el trapo y te encuentro esperándome
Pero hoy no
Hoy hemos dado besos y juguetes
jugos de fruta y caminatas lentas
y la casa está en silencio
y dormimos
Julia Vila
y si no fuera exactamente un cacareo?
pongamos que el sonido fermentó
una sífilis frugal, por ejemplo, el libro estéril hasta el meollo
hablan de pecado, huelen a pecado
un torniquete de luz el instante hace justicia
la carcoma en la lengua desposa el nervio
envejecido
*
es insignificante crispa no saber si es humano
pichones, hordas de pequeñines
trepados al hueso, a cual más torvo
hacen
el juego de la flor y la tijera
me esfuerzo por pegarles y sacarlos del
obús
¡un poco de lirismo! ¡la usina es sensible!
pero ellos cuatro frescas
pavean en el abismo
botan cadáveres de mosca a la siberia
*
ah si tuviera de su lado las órdenes y la miel
qué no valdría
pondría las palabras en hilera
de tres en
seis
¡y que caiga la hojalata!
ésta por vegetal y aquélla por ramplona y
ésta por danzar
y ésa por sierva
así el mundo es vuelto a ser mundo
hospitalario
Laura Klein
Hay algo que se pudre en estos bordes. Hay
algo que contiene lo que debe ser dicho en estos bordes. Es este deseo de
blandura, de amortiguar los bordes. Que los bordes no sean precisos, que la
acumulación de bondades comience a ser sólo esplendor. Sería entonces la línea
ardua de tus ojos la que inventara un sucederse de caricias. Sería entonces que
la lasitud fuera necesaria. Por consiguiente, extender las líneas, salir de
madre, de madre salir, ser de aurora, o de viento, o del inescrutable vagar de
los campos, vencer la demora que se imprime contra toda irrigación. Pero los
bordes se resisten. El teclado niega lo que la voluntad razona. No es posible
que las líneas se desborden, que adquiera una loca asimetría lo que debe ser
encuadrado en esta fijación. Todo debe responderse a los limites precisos del
cráneo. Ni un milímetro más, ni un milímetro menos, para que el rumor asome sus
narices. El miedo no lo apaña. más bien una voluntad de ser entre las piedras
una hondonada que deja traslucir el descenso involuntario de un río. En lugar
de desear, hacer que ese paisaje de onduladas lomas sea la invasión
gratificante de los ojos. Pasto húmedo en el humus donde los cuerpos se
acomodan.
Lila Zemborain
Gracias María y a tus poetas invitadas. Abz, Gus.
ResponderEliminarMaravillosos los tres. Gracias, Irene.
ResponderEliminarGracias! Ensanchan el alma!
ResponderEliminargracias Gus, espero lleguen a muchxs lectores
ResponderEliminarAlta prosa poética de Lila Zemborain. "Ella ve a la escritura como un impulso corporal y dice...hay que conectarse con una compulsión que te ayuda a escribir". "Una mujer que va a parir / es una heroína que se entrega/ a la batalla/ con la cara al viento". Maravilloso! Gracias por acercarnos estas poetas María. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarMuchas gracias Gustavo, por el espacio aquí. Y gracias María!
ResponderEliminarMuchas gracias Gustavo por tu trabajo y dar el lugar aquí. Y muchas gracias María!
ResponderEliminarGracias Gustavo por la propuesta y por este espacio abierto. Muchas gracias María por los textos que nos acercaste.
ResponderEliminarRaquel Jaduszliwer
Una belleza. Un placer leerlas. Gracias. Irene.
ResponderEliminarMuy buenos los tres.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Saludos
Anahí Duzevich Bezoz