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24/6/23

María Casiraghi comparte a Straccali/Camarasa/Coscio

 

 

Poética de los árboles

¿No te das cuenta
de que aquel árbol es testigo
de nuestro ahogo?
Las hojas
transparentes
brillan
como cristales
para nosotros
y escuchan
nuestros suspiros.
Nadie va a pasar por acá nada nos salva
del lobo blanco,
es el viento el que trae el sueño
de los amantes espolvorea
los párpados
con polen
de flores níveas

(esta muchacha cuando hechiza es tan alta como los árboles)

Nuestra pena... por causa
del vino, la poesía y la noche se tornó
irremediable.

Te cuento antes
de que te duermas del todo:
el alfabeto de los árboles
era utilizado
en el culto
de las magas
de la Bretaña medieval
a juzgar por las marcas
del diablo
tatuadas en las manos de las brujas. Las varitas
mágicas
agujas
en el espacio
durante las horas
silenciosas,
emanan
el fluido
que viene
de los astros.

Estoy
ahora
en la jaula de las bestias.

Esta mujer
sabe
el ritmo del demonio entiende
de hechicería,
es veneno de escorpión maneja el tiempo

moviendo sus dedos como tijeras
filo
colmillo

yugular
dulce testimonio es
licor
en tu paladar
lleno de hormigas.

Una herida de amor mordida letal
abre
el torrente negro
que tiene en las palmas abiertas al cielo

Extiende
su paño
sobre la hierba y lanza
su talismán sobre el círculo:

escribe, escribe, escribe

con la tinta derramada sangre
de sus árboles

(mapa ancestral).

poesía creciente
palabras febriles
para un náufrago que llega y necesita asilo.

Ella es feroz

porque tiene complicidad con las sombras
solo podés oler
su fragancia terrible.

No queda vestigio del cálido verdor

de otro
amor,
verano
en que juntos bebimos

la suave fugacidad de la tarde
copa solar tal vez en el designio sutil de las miradas

que imantaban la noche:

ensueño venéreo liviano

oculto,
el madero ardido te quema
la lengua

no hables entonces no hables
no mientas.

Tampoco hay herida
ya
raíz del duelo
el árbol asciende quebranto lineal de un tiempo

¿qué tenemos?
la espera
la brevísima historia de una lágrima
y un poco de espacio entre el bosque y el mar turquesa
el cristal.

Dejemos
que las palabras perezcan del todo hay
otro lenguaje
que surge

de barro
que fue peor

en el crepitar del fuego
o en la llama que se abre pálida.

Lucero muerto en el lago...

estás súbitamente arrepentido pero este árbol ya es ceniza

no respira, crepita su corazón bajo la tierra
lombrices, hormigas, avispas, enrededaderas carnívoras invaden su cuerpo de cicatrices
su corteza lleva grabada
las letras del abecedario de todos los árboles
de este bosque sin tiempo.

 

Eugenia Straccali 

 


Última consigna

 

a Mariela Laudecina

 

...ahí donde has llegado, desnuda como estás

Adrianne Rich

 

quiero dedicarte este poema, ahora, en la mitad de la mañana

con la confianza de que puedo esperar algo todavía

 

escribo este poema

subiendo y bajando de ascensores de plata

siempre desnuda, avergonzada

huyendo otra vez

por las escaleras de emergencia

 

escribo este poema

dentro de mi propia casa sitiada por tigres hambrientos

me están amenazando, rugiendo detrás de las ventanas

mostrándome los dientes y la lengua

en mi heladera no hay carne, en mi casa nunca hay carne

¿qué voy a darles si logran entrar?

 

escribo este poema

acorralada por el invierno

no soy un tigre

tengo bajo peso

tengo hambre y estoy acostada sobre un colchón viejo

mi cena es comida regalada del día de ayer

 

escribo este poema devorando las escamas de un pez ángel

aplanada en la corriente oscura de un subte de buenos aires

el domingo del día después

mientras una hembra pez desova sobre una piedra remota del océano pacífico

 

ahora tengo la piedra en la mano

afuera del mar es una piedra muerta que llevo conmigo para recordar

tus otras piedras, tus libros, tus discos, tus zapatos, tu voz, tu mano agarrando la cucharita y

dibujando espirales en la taza de café, tus panes, tu melancolía, tus ex amantes, tus remeras viejas,

tus jeans negros, tu familia perdida en un terremoto, tu familia perdida en una inundación, tu

familia perdida en un genocidio, tu familia perdida en un accidente, tu familia perdida en la cárcel,

tu familia muerta por la enfermedad, tu familia desaparecida por el terrorismo de estado, tu familia

 

saqueada y escalvizada construyendo el coliseo romano, tu familia mi familia

escribo este poema

agarrada de la mano de mi mamá

el primer día del jardín de infantes

la confusión, el olor de los crayones, la extrañeza, las galletitas de animales y confites de colores, el

pintor a cuadritos, el pelo tirante, la confusión, el llanto sobre el pupitre por algo que jamás voy a

recordar, la fábrica abandonada enfrente, la fábrica que fue un centro clandestino de detención en

las afueras de la ciudad, la fábrica con su llama ardiendo como el monumento a la bandera, la

fábrica contaminando el aire mientras nos besamos en la torre más alta de nuestra catedral

 

escribo este poema

arrojada desde la torre más alta de nuestra catedral

con las lesiones todavía visbles

con la piel de frutilla sin sabor, víctima de invernadero

con la piel de gallina de granja industrial, amontonada en confinamiento de por vida

con las lesiones todavía visibles

mi papá me acompaña a la comisaría de la mujer

mis hijxs me acompañan a la comisaría de la mujer

mi amigxs me acompañan a la comisaría de la mujer

mi mamá se queda en casa y prepara la comida para todxs

en la comisaría de la mujer, el tiempo pasa muy despacio, hay una mujer, y otra mujer, y otra mujer

y vienen y esperan, cada una lleva su lesión, una piedra en el medio del tórax, una piedra en la sien,

una piedra en el estómago, una piedra con el nombre de cada una de nosotras puede cubrir una

ciudad entera

 

escribo este poema

ya en casa, recostada sobre la arena tibia del desierto, debajo de la luna que crece

escribo este poema mientras la lluvia empieza a caer

y se me ocurre que de todo lo podrido siempre algo crece

escribo este poema desconsolada

porque no te quiero en forma de ceniza

te quiero con tu forma humana y bailando

 

escribo este poema mientras tu lunar del tercer ojo brilla en la noche del bar Oui

y tu voz insiste dulcemente con que no nos pongamos tristes

 

escribo este poema

con la confianza de que puedo esperar algo todavía

 

escribo este poema

leyendo poesía

 

Aurora Camarasa 


Manifiesto

 

Lamento comunicarle compañero

que la clasificación que usted ostenta,

en nombre de la moral y del común sentido,

ha sido desaprobada por esta comisión de insurgentes.

Hace tiempo que las moras han dejado de ser negras

 o blancas, porque las moras son moras

y hace tiempo que las mujeres,

detrás del gran hombre,

solicitan se las nombre bataclanas.

 ¿Por qué usted se empeña tanto,

en la tarea de diferenciarnos

según sus pobres parámetros?

Ya lo decía María Magdalena

desde todos los orificios de la tierra:

_Hay que ser puta para elegir al mejor macho

y hay que ser santa, para verlo dormir en otros brazos.

Yo les canto retruco a los poetas:

los de las borracheras y las comilonas

que huelen a carbón y carne muerta;

los que se llenan la boca con la palabra: puta

y con ella estremecen su verso quieto

e impune a la rima,

mientras, a pocas cuadras,

a la hija de otro le enseñan, a patadas,

a sonreír al cliente y a la muerte.

Aquí nos reunimos nosotras

las fembras de todos los puntos cardinales.

Aquí, en este territorio,

preferimos al que nos paga con un buen orgasmo;

al que no se refleja en los exabruptos frustrados de la manada;

al que… al temblor de la luna,

a la mujer que ama,

le sostiene hasta el último jadeo, la mirada. 

 

Lucrecia Coscio

5 comentarios:

  1. Gracias María y a tus poetas invitadas. Abz, Gus.

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  2. Qué buenas y profundas poetas trajistes María. Salve Aurora Camarasa, tu palabra iluminada recordando a Laudecina. Bendiciones! Alfredo Lemon desde Córdoba

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  3. María! qué hermosas presentaciones. Gracias a las poetas y muy especialmente a Aurora Camarasa porque, aunque ella fuese mendocino, consideramos a Mariela Laudecina muy cordobesa. La conocimos, la abrazamos, le sonreimos y fundamentalmente amamos su poesía.

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