Graciela Ballesteros comparte a Ríos/Molina/Licarzi

  

DESPRENDERSE 

 

Leve, ondulante

planea sobre las capas de aire

en sabia melodía otoñal.

 

Las ninfas del otoño

nos susurran la verdad al oído.

Hemos cumplido nuestro ciclo de luz.

Es hora de renunciar al árbol

        dar espacio a nuevos brotes.

Inmolarse.

Entregarse al vértigo de lo incierto.

Nos esperan otras ventiscas

el rocío, las raíces, la tierra

           quizás el fuego

 y seremos materia de incienso

         humo exhalado hacia el cosmos.

 

Hemos cumplido nuestro ciclo de luz.

Toca aprender el desapego

                                 y transmutar.

Silvana Ríos 

 

El calor del té de manzanilla,

la suavidad de tu sombra

como refugio de madrugada,

me demoran.

 

Respiro la humedad de las hierbas

que huelen a las manos de mi madre.

 

Hay una raíz

como un alma

que no vemos.

 

Rosana Gabriela Molina

ETERNAS

 

Las más dulces

del mundo.

Las más rojas.

Las frutillas

de la quinta

del abuelo,

esas que cosechábamos

con amor

y constancia,

son ráfagas

en mi memoria.

Aquellas tardes siguen 

abrigando mi ser.

Esa dulzura

está viva

en mi boca

y en mi corazón.

 

Esas frutillas

son eternas.

 

Gabriela Licarzi