Carta
En la feria, cuando elegía alcauciles
(estaban algo oscuros), un muchacho
que no tenía más de trece años (lo vi
correr, por La Cañada, hacia El Pocito),
me arrancó la cartera (quedaron
las tiras colgando).
¿Tenía dinero, señora?
Nadie preguntó por tu carta
(yo la llevaba conmigo,
tu última carta,
doblada en cuatro).
Era sólo un papel y ese muchacho
lo habrá tirado al agua.
© María Teresa
Andruetto
Qué belleza desde esa sutileza, gracias, Irene.
ResponderEliminarqué dulce firma de contar la tristeza!
ResponderEliminarMaravilla. Gracias. Oreste.
ResponderEliminarPoema in crescendo, va ganando intensidad a medida que se avanza en la lectura y, al final, nos estalla en el pecho.
ResponderEliminarGracias!!
Gracias,cuánto que dice. Cristina Briante
ResponderEliminarSi María Teresa , adhiero a cuánto dice ese final. wow!!
ResponderEliminarTere Vaccaro