CARTA AL HIJO
Cuando crezcas sabrás
que los hombres se derriten en la nieve
y los ángeles llegan si cerramos los ojos.
Si algún día dudaras de que existo
recordá mis violentas pujadas
cuando todo para vos era incienso.
Cuando crezcas
viajá por los planetas que imaginás
saltá con la demencia del Iguazú
hacele el amor al agua
trepate al nogal
y ofrecé los frutos a esos niños como vos, que piden monedas.
Caminá por ciudades medievales
elegí una piedra para descansar al sol
y dejá que te roben los gitanos
si los ves en su tierra
sabrás que sólo eran nómades sus penas.
No te dejes denigrar
y no denigres
distinguí siempre
el amor de la lástima
la cobardía del miedo
el veneno del remedio
y el olvido del perdón.
Y no temas morir
ni que yo muera
el más allá es sólo un bello lugar
del que nadie ha querido volver.
Esta noche de luna
la luna me mira dos veces
y me dice que es tiempo de abrir una distancia
que no te me parezcas, hijito
que no te me parezcas.
© María Casiraghi
conmovedora distancia, conmovedor poema. Abrazo, Roxana Palacios
ResponderEliminarHermosísimo poema querida amiga. Un placer leerte.
ResponderEliminarBesos!!
Bellísimo y profundo poema.! Felicitaciones. Beatriz Schaefer Peña
ResponderEliminarHermosísimo poema Marìa! Silvia Durruty
ResponderEliminarParirse otra vez, ya no como madre, sino como mujer. Muy bello, María. Fabiana León
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