Ésta
y otras tribulaciones, Señor
vinieron con infames antorchas en la
diestra:
encendieron como yesca las islas
al fondo del infinito
y el tiempo se doblaba en los cuerpos
amables con la tiniebla,
si,
pero los reptiles aún
cantan
aguas abajo;
éstas y otras imágenes del éxtasis
Señor
que retorcían el espejo
en sus bordes
me dieron una fe insensata
en los mapas y los laberintos
al borde del ojo
en la luz las migraciones
mientras la casa cruje
se despierta
y se cae a pedazos
y mientras yo relato a mi hija
las formas del sueño, Señor
yo sólo puedo contarle
ya sólo puedo contarle
de las islas que se encuentran al otro lado
de las ventiscas con ojos de selva
de las lluvias endemoniadas
por una lengua de fieras
que les llena con la premonición
Señor
lloviendo frugales músicas
en el corazón de los hombres y las mujeres
aferrados a sus costumbres de maíz:
y es así que la tierra gira,
muda sus
pronombres,
mira crecer los líquenes
y las hogueras
flotantes
sabiendo
que despertaron alguna vez
que fueron ojos,
visiones de una barca esmeralda
sobre las
aguas.
© Ariel Ovando
Visiones que pueden ser revelaciones muy bien descritas, refulgen como en una plegaria. Gracias Ariel. Alfredo Lemon
ResponderEliminarGracias, de cierta manera lo es, un instante donde confluyen imágenes que nos trascienden a todos. Muchas gracias -Ariel Ovando
EliminarAriel, tu estética me figura los cuadros de Dalí, con imágenes originales yalucinantes. La forma de diálogo con un "otro" superior, le da el anclaje necesario para empatizar con el yo lírico en su especie de plegaria. Abrazo.
ResponderEliminarTeresa Gerez
Dalí fue mi primer contacto con la estética surrealista, y de seguro, la puerta a un mundo que estaba dentro de éste mundo. Muchas gracias
EliminarQué bueno, Ariel!
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