La muerte de un padre se parece al viento
de la noche: canta frente a una puerta que insiste en permanecer cerrada. Su
recuerdo tiene el movimiento de los heridos por error. La muerte de un hermano,
en cambio, es más luminosa. Se parece a un pájaro que nadie ve, pero al que
todos regresan, allí, donde los niños inventan finales como flores.
© Jorge Curinao
Como siempre de este autor...la belleza en pocas y selectas palabras.
ResponderEliminarInmenso.❤️🦋Graciela Ballesteros
ResponderEliminarEn menos de diez renglones, recitás la vida y toda su luz, a pesar de las puertas.
ResponderEliminarCómo no admirar tus milagros.
un abrazo
claudia
Te sigo y admiro por las redes hermano de la tierra y la poesía!
ResponderEliminarBellísimo, poeta...Fabiana León
ResponderEliminarPrecioso. Me encanta
ResponderEliminarQué preciosura de poema Gracias Jorge.. Abrazos
ResponderEliminarMuy conmovedora poesía Jorge. Muchas gracias por compartir
ResponderEliminarHermosa su poesía, siempre.
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