EL REGRESO
Haz conmigo lo
que de tu boca salió
Jueces 11. 36
Antes de partir
hiciste una promesa
te esperé
con respeto
en silencio
quise saber
de vos
del crecimiento de los juncos en los
límites del desierto
del viento que afiebra la ciudad hostil
del sabor que tenían tus ojos
antes de la ofrenda
No me advertiste
y al regreso
te abracé
sin saber que me convertirías en depósito
de tu soberbia
te desnudaste pidiendo clemencia
sólo pude pedir un tiempo de castidad
—sin guirnaldas de flores ni antorchas
encendidas—
acepté lo que los jueces determinaron
hasta último momento
esperé el prodigio
pero mi historia
fue escrita por hombres
que no me otorgaron el don de la risa
ni el de la salvación
La puerta de casa
fue el lugar de la ceremonia
y el sacrificio
Yo te amé,
y desde ese amor pude soportar
el horror que nadie podría.
© Pedro Santos Deluca
Tremendo e interesante poema, gracias!
ResponderEliminarMuy duro y real. Gracias por compartir.
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