coágulo seco el color de las alas
angelito frágil del demonio
flor marchita olvidada de dios
estructuras endebles de una fe
que anhela creer que la sombra
–una mínima sombra-
refracte un hilo de luz sobre el infierno
del pan atormentado en el plato roto
la piedad no sale en su socorro
las ninfas de la ternura habitan casas
de olvido retorcidas entre los muros áridos
de sed
ahí van los niños embriagados de sequía
bajo un cielo satánico de mariposas blancas
ahí van los adultos con sus cóncavas
desiertas
en el esplendor amargo que arde
bajo sus pestañas descocidas
oh! dios
apiádate de las pústulas del hambre
apiádate de los niños y a nosotros
cósenos las pestañas!
© Mónica Angelino
Tu magnífico poema como gritando una plegaria. Bravo Mónica. Alfredo Lemon
ResponderEliminarMónica. Conmovedor tu poema! Gracias por compartir!
ResponderEliminarTere Vaccaro
Wow Mónica! me hiciste saltar las lágrimas. Qué belleza tu poesía para pintar tan dura realidad. Nos queda la fe y la empatía. No hay otra Abrazo grande!
ResponderEliminarTere gerez
Maravillosa. Gracias Mónica 🟠
ResponderEliminarUn poema que grita verdades,
ResponderEliminarque duelen.