INTENSA CENIZA
Ayer nos perdimos el viaje de regreso
camino tras camino
para traer los brazos que amamos
desde ese misterio
puedo nombrar los destinos
uno, dos, tres y caen los colores en medio
de la lava,
un mar intenso envuelve la ceniza del siglo
para morir poco a poco como los relojes
la oscuridad y el desatino.
A pesar de ese espacio universal
hay una luz que no alumbra la pupila,
dejamos quieto ese viento
que trasciende la sangre
y esa precaria señal
de un sol envejecido
devora el silencio.
© Ernesto Rojas
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